Estaba alli tirada sobre su cama, lamentándose sobre su vida.
Estaba posada bajo las faldas de una depresión.
Los días pasaban y una violenta mezcla de sentimientos se abalanzaron sobre ella.
Tristeza, odio y temor era lo que reflejaban sus hermosos ojos negros.
La vieja herida de una daga cargada de desprecio, todavía consumía su mente.
No sabia si terminar con su existencia o esperar que una especie de lazarillo le guiara hasta la salida de ese tormento psicologico.
El dia llego y encontró como escudarse de la realidad.
Paso mucho tiempo para que alguien le volviera a ver.
Encontró la manera de jugar sin que jugaran con ella.